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miércoles, 3 de octubre de 2007

2 de octubre... ¡no se olvida!

Así empiezo el mes de Octubre de este 2007, con una de las efemérides (si así lo quieren ver) más importantes y más trágicas de la Historia Contemporánea de México.
Ayer, Martes 2 de Octubre, se "celebró" el 39 Aniversario de una fecha que, sin duda, no sólo marcó a una generación, sino a la Historia de México entera: la matanza de Tlaltelolco (no escribí mal, así se escribe: "Tlaltelolco", no "Tlatelolco"). Pero, a 39 años, ¿qué es lo que realmente se recuerda?
Ahí les va una pequeña reseña del 2 de Octubre de 1968.
El año de 1968 fue un año crucial para la juventud mundial y para los gobiernos de los diversos países que seguían ya fuera la corriente comunista (encabezada por la entonces URSS, hoy Rusia) o la corriente capitalista (encabezada por los Estados Unidos).
Durante la década de los 60, en el mundo, se dieron acontecimientos que, sin duda, dejaron huella en la posteridad.
En Francia, por ejemplo, iniciaba una protesta estudiantil contra el gobierno de Charles De Gaulle, quien dirigía al país en ese momento. En aquella ocasión, la movilización estudiantil fue rápidamente aplastada por el gobierno y, en ella, murieron muchos jóvenes. Este episiodio pasó a la Historia Universal como el Mayo Francés.
En Checoslovaquia, por ejemplo, también en 1968, se dio un enfrentamiento. En esta ocasión, quienes se enfrentaron fueron el ejército soviético (liberador de Checoslovaquia en 1945, al término de la Segunda Guerra Mundial) y la población checa, en sí. Ahí también murieron civiles y soldados. El episodio se conoció en el mundo como la Primavera de Praga.
México no podía quedarse al margen de la situación. Los 60 fueron una década de efervescencia social a nivel mundial, no sólo en Europa o Estados Unidos, sino en todo el orbe. Y los protagonistas principales de esta efervescencia fueron los jóvenes (algunos de ellos, descendientes de combatientes de la Segunda Guerra Mundial).
En México, entre el mes de Junio y Agosto de 1968, el ejército sitió Ciudad Universitaria (la UNAM) para evitar brotes "revolucionarios" como ellos lo catalogaron. El rector, Javier Barrios Sierra, defendió a la Universidad porque le hizo ver al gobierno que la misma era autónoma (alcanzó su autonomía en 1929) y que había libertad de pensamiento en la Máxima Casa de Estudios. El Rector organizó marchas en pro de la autonomía de la Universidad y fueron reprimidas.
En Septiembre de 1968, finalmente, el Ejército sitió por completo la Ciudad Universitaria.
Para Octubre de ese año, algunos estudiantes, miembros de las diversas facultades de la UNAM y algunos de otras escuelas como la UAM y el IPN, se reunirían para exigir al Gobierno Federal un trato igualitario para todos, libertad de expresión, de asociación y mejores planes de estudio.
Las reuniones iniciaron desde Junio de 1968, pero en Octubre se realizaría una marcha un tanto masiva. En Junio y Julio ya se habían realizado marchas y fueron aplastadas por el Gobierno, aunque no hubo muchas repercusiones en aquellas ocasiones.
Sin embargo, en la siguiente "convención" que tendrían los líderes de aquellos estudiantes y los mismos estudiantes, todo cambió.
El 2 de Octubre de 1968, los estudiantes comenzaron a agruparse en torno a la Plaza de las Tres Culturas, en Tlaltelolco, para realizar una marcha que acabaría en Palacio Nacional (en el Zócalo). El gobierno sabía prácticamente los pasos de estos muchachos y envió al Ejército a sitiar Tlaltelolco. Por el Eje Central, Paseo de la Reforma, Avenida de los Insurgentes, Circuito Interior y Manuel González, el ejército comenzó a sitiar Tlaltelolco. Los jóvenes, aún sabiendo de la existencia del Ejército en Tlaltelolco, continuaron, pacíficamente, su reunión.
Aproximadamente, a las 7 de la noche, un helicóptero que pasaba por la zona, dio una señal: arrojó luces de bengala blancas, una señal para el Ejército y los francotiradores que ya estaban dispersos por los edificios de la Unidad Nonoalco-Tlaltelolco. Inmediatamente después de que cayó la bengala, comenzó la balacera. Todos los estudiantes que estaban en la Plaza de las Tres Culturas, se esparcieron. El ejército invadió los edificios aledaños a la Plaza en busca de estudiantes, para arrestarlos o asesinarlos, en su defecto. La Iglesia de Santiago Tlaltelolco, cerró sus puertas para impedir darles "santuario" a quienes quisieran entrar en ella y refugiarse del tiroteo. Casi toda la noche del 2 de Octubre duró el tiroteo. Se supo, oficialmente, que sólo 30 jóvenes perdieron la vida. Hay algunos videos que dejan muestra que no sólo fueron 30, quizá hayan llegado hasta 300. A ellos, hay que sumar el número de desaparecidos que hubo, que quizá jamás vayamos a saber con exactitud. De inmediato, la población se volcó en contra del Regente de la Ciudad de México, Alfonso Corona del Rosal, del Secretario de Gobernación, Luis Echeverría, y del Presidente mismo, Gustavo Díaz Ordaz. En el infome de Gobierno de 1969, Díaz Ordaz asumía su responsabilidad de los hechos, como el Presidente del país. Sin embargo, la gente que vivió en carne propia ese negro episodio, aún menciona que fue Luis Echeverría quien ordenó la masacre. Curiosamente, un acto de este tipo, se repetiría en su gobierno como Presidente de México, el 10 de Junio de 1971. A 39 años del 2 de Octubre de 1968, ustedes, amables lectores, ¿qué recuerdan?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola pues la verdad esta bien chido ke aygan luchado ke asta ahora siga valiendo la pena. por so jovens ......gracias a ellos somos autonomos o no cren neta chido.....

Anónimo dijo...

Hola Roy, que tal.

Pues muchas gracias por la invitación a leer esta entrada de tu blog.
Lamentable y decepcionante que en un México tan golpeado por guerras, guerrillas e invasores durante la conquista, siglos después personas como el señor presidente de esa época tuviera el descaro de mandar a matar a jóvenes que sólo exigían ser escuchados y tomados en cuenta en las decisones importantes de su nación.
Que triste que teniendo una autonomía y resguardando a los intelectuales del país, la UNAM haya sido invadida, violada.

Esto nos arroja una pregunta más, ¿Existirá en México la más pura expresión de libertad, autonomía, democracia y respeto?

¿Esperaremos a que un movimiento de forma violenta se haga presente, cuando la clase meida se harte de sobrevivir con su casita, auto y tarjeta de crédito; y los pobres mueran en las calles a casua de los estragos del hambre?