POR FAVOR, LEER ESTO ANTES DE LAS ENTRADAS.

Este blog está abierto a cualquier comentario, opinión y demás que quieran expresar.
Sin embargo, ni blogspot.com, ni el autor de este blog serán responsables por deserción de carreras, mítines políticos, entre otras cosas más que pudieran desencadenarse por leer estas entradas.
Por su comprensión, gracias.

lunes, 26 de marzo de 2012

Benedicto XVI en México: ¿Ungida electoral o esperanza para el país?

Bienvenidos a una nueva entrada en el blog, amables lectores. Ahora les escribiré acerca de un acontecimiento que no ocurría desde el verano de 2002, cuando llegara Karol Wojtyla, mejor conocido como Juan Pablo II a México: la visita del Jefe de Estado del Vaticano, o para los católicos, el Papa, el Sumo Pontífice de la Iglesia. Ahora, diez años después, le tocaría a Felipe Calderón (en aquella ocasión fue a Vicente Fox) y a Benedicto XVI protagonizar dicha visita. Haré un pequeño recuento.

Desde Diciembre de 2011, el Presidente de México le había hecho la invitación al Obispo de Roma para realizar una visita a nuestro país, aunque esas intenciones se venían dando casi a los pocos meses de que Joseph Ratzinger fuera elegido como el sucesor del Beato Juan Pablo II, ello, en 2005. El Vaticano había dicho que un viaje de Su Santidad no era posible debido a la avanzada edad y delicada salud del eclesiástico, y mucho menos llegaría, en caso de realizarse, a la Ciudad de México, debido a que la altitud de la capital azteca podría afectarle severamente a su estado físico.

Pero fue justamente a finales de 2011 y principios de 2012 que el Papa Benedicto XVI reafirmó su intención de viajar a tierras mexicanas, aunque todavía existían versiones que dudaban que la travesía se pudiese realizar. No se especificaba tampoco a dónde llegaría, pero era un hecho que a la "Capital en Movimiento" (Distrito Federal) no arribaría, y por ende, no estrecharía la mano del "mejor alcalde del mundo" (Marcelo Ebrard).

Por fin se confirmó el viaje del máximo líder de la Iglesia Católica y poco tiempo se afirmó que llegaría al Bajío mexicano, a la cuna del movimiento cristero, Guanajuato.

Llegó el 23 de Marzo, día que estaba programado como el inicio de la pequeña gira, y Benedicto XVI fue recibido con porras, al igual que lo hicieran otras generaciones con Juan Pablo II. En esta ocasión, le tocaría a los nuevos jóvenes, a los que nacieron con la tecnología, a quienes no conocieron al Beato antecesor de Ratzinger, recibirlo como ha sido tradición mexicana.

En el Aeropuerto Internacional del Bajío, el Presidente Felipe Calderón lo esperaba ya. Fue bienvenido como Jefe de Estado, lejos de un supuesto recibimiento como jerarca católico, debido a la filiación partidista del Primer Mandatario mexicano, un instituto político de orígenes religiosos.

Contra todo pronóstico, los recorridos que hiciera Benedicto XVI desde los lugares donde estuvo (Silao, Guanajuato capital y León) hasta el Colegio Miraflores, en la propia ciudad de León de los Aldama, Guanajuato, fueron abarrotados por miles de fieles, casi recordando los eventos masivos que tuviera en sus visitas a México su antecesor. La comparación, para quienes tuvimos la oportunidad de conocer -física o "virtualmente"- a Juan Pablo II, es inevitable. Benedicto, como bien aputaría Javier Alatorre en algún momento de la transmisión televisiva, era para los mexicanos un "extraño", y tuvo que romper ese estigma a su llegada a Guanajuato.

Sin embargo, la sombra de la proximidad de las elecciones presidenciales en nuestro país estuvo latente, sobre todo porque los principales candidatos a ocupar dicho puesto asistieron a la misa que ofreciera el Papa el Domingo 25 de Marzo. Se trató de no politizar la visita de Ratzinger, aunque no se puede pensar que las reuniones que sostuviera con Felipe Calderón no tuviesen un tinte quizá político. Y es que curiosamente, la travesía de Benedicto XVI se realizó justo en tiempos de la "veda electoral" y a una semana de iniciar formalmente las campañas presidenciales.

Hoy, 26 de Marzo, el Papa concluyó su viaje a México y se trasladó a Cuba, un país americano completamente rezagado, golpeado por el socialismo de Fidel Castro y que, aunque presume tener relaciones con El Vaticano desde hace casi un siglo (a diferencia de México, que se reanudaron hasta el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, cerca de la década de los 90 del siglo XX), no termina de ser una nación que podría recobrar su confianza en un cambio con la llegada del nuevo Pontífice.

A ustedes, amables lectores, ¿qué les dejó la visita de Benedicto XVI a México? Agradeceré sus comentarios.

No hay comentarios: