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miércoles, 21 de marzo de 2012

México, D. F.: ¿El ejemplo de fortaleza?

Bienvenidos a una nueva entrada del blog, amables lectores. En esta ocasión, les comentaré acerca de un acontecimiento que ocurrió este Martes 20 de Marzo de 2012, y que no será la única vez que suceda en la Ciudad de México o alguna otra parte del mundo donde se presenten este tipo de fenómenos naturales. Me refiero al sismo que sacudió a la capital mexicana.

Iniciaba la tarde del 20 de Marzo de 2012, y de pronto, la tierra comenzó a cimbrarse. Poco a poco iba aumentando la intensidad del movimiento telúrico que tuviera su epicentro a cerca de 300 km de la Ciudad de México y que sin embargo, golpeó la capital. De pronto, se paralizó la metrópoli. Por cerca de 1 minuto, quizá un poco más, los chilangos, turistas y residentes en general del Distrito Federal, éramos testigos de uno de los terremotos más fuertes de la historia contemporánea, y quizá el segundo (después del de Diciembre 10 de 2011) del siglo XXI.

La luz se apagó en casi toda la ciudad. Las comunicaciones, paralizadas. Curiosamente, las redes sociales, más que nunca, sirvieron ahora no sólo para dar condolencias por terremotos ocurridos en otras latitudes, sino para informar, lo más que se pudiera, sobre lo más relevante que iba aconteciendo minuto a minuto durante y después del temblor.

Terminó la pesadilla. La información corría casi a la velocidad de la luz. Y lo más loable, la ciudadanía capitalina demostró que está bastante organizada para acontecimientos así. La lección de 1985, el terremoto previo más fuerte del que se tenga memoria, ha sido aprendida. Los edificios de la Ciudad de México, al parecer, no sufrieron daños importantes, salvo caídas de cristales, quizá algunas cuarteaduras. La infraestructura metropolitana resistió, a excepción de un puente vehicular en la zona de Iztapalapa y uno peatonal en Azcapotzalco, donde, por cierto, un microbusero salvó la vida.

Todo ello lo resalto porque la Ciudad de México, la otrora Meshiko-Tenochtitlan, que justamente ha cumplido 687 años apenas el 13 de Marzo pasado, está propensa a dos cosas: la primera, los temblores; y la segunda, los hundimientos.

La capital mexicana en algún momento era un lago, con algunas islas. Toda el agua que existió en esta ciudad se fue secando al tiempo que la población crecía. Sin embargo, en algunos lugares del Distrito Federal quedaron zonas fangosas, donde es palpable la inestabilidad del suelo. Además, en donde hubo agua y actualmente ya no hay, el subsuelo está cobrándole la factura (esto es visible, sobre todo, en la zona del Centro Histórico) al hundirse edificios, debido a que la base donde están cimentados no tiene los suficientes soportes para aguantar el peso de las moles que se levantan.

Por otro lado, el DF está situado en un valle. De ahí que, en caso de que dejase de ser la capital de la República se le denomine "Estado del Valle de México", según la Constitución. Y es un valle, porque, aunque muy pocas personas crean que las montañas que se ven en los paisajes capitalinos están lejos, la realidad es que hay 4 sistemas serranos que rodean a la Ciudad de México, ubicadas justamente en los 4 puntos cardinales, dentro del territorio del DF. Algunos de esos sistemas están formados por volcanes -casi todos extintos-, lo que da cuenta de que "chilangolandia" está ubicada plenamente en una zona sísmica.

Si en diferentes lugares de la Ciudad de México tiembla o existen hundimientos o inundaciones, es cosa de la cual siempre debemos estar alerta. Vivimos en una metrópoli con un suelo bastante irregular, y donde es factible que pase cualquiera de los fenómenos naturales anteriores. Lo importante, y que ha dado de qué hablar por la reacción inmediata de la población, es que ya se demostró que sí se está preparado para, por lo menos, uno de ellos. Donde aún se debe reforzar la cultura de la protección civil es dentro de las casas, que ojalá, no tarde mucho en permear en la sociedad. O ustedes, amables lectores, ¿qué opinan? Agradeceré sus comentarios.

2 comentarios:

luis dijo...

Totalmente de acuerdo en que se debe reforzar la cultura de la protección civil dentro de las casas, esa parte creo yo hace mucha falta, no sabemos si lo correcto es salir o quedarse en planta baja. Propondría reglas a seguir en cierto tipo de casas, ya que no es lo mismo estar en un departamento de 1 o 2 pisos, en un complejo de condominios de más de 2 pisos, o que en una casa que conste de solamente una planta baja. Qué es lo más correcto a proceder en estas situaciones?...

Rodrigo Estrada dijo...

Hola Luis.

Concuerdo contigo en que las reglas de protección civil para edificios no se pueden aplicar a casas de 2 pisos ni mucho menos a viviendas de 1 sola planta. Sin embargo, lo que se debe hacer, pensaría yo, es que si vives cerca de un área despejada de postes de luz o un parque donde no haya árboles tan grandes que se puedan caer, evacues hacia allá lo más pronto posible. Por el contrario, si tu casa no está lejos de postes de luz, cables, etc., lo más recomendable es que te quedes ahí salvaguardándote debajo de un escritorio, mesa, etc., que pueda resistir en caso de que le caiga algo pesado, y tratando de ver la manera de que puedas salir en caso de que se tape alguna vía de escape si el sismo es muy fuerte.

En conclusión, las medidas que tomemos dependen mucho del lugar donde nos situemos (hablando de las casas). Si estamos en un edificio laborando o estudiando, hay que seguir las indicaciones del personal capacitado. ¡Saludos, Luis!