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martes, 26 de enero de 2010

Ley de antros... ¿ley de nadie?

Bienvenidos a una nueva entrada en este blog, amables lectores, la # 3 de este 2010 y también la 3a (y quizá última) del mes de enero. En esta ocasión les escribiré sobre la polémica que se ha desatado no sólo por la ley de Establecimientos Mercantiles (llámense "antros") que entró en vigor hace más de 1 año aquí en el Distrito Federal y que ha sido debatida por la sociedad capitalina y que volvió a ser centro de atención este fin de semana cuando un jugador del Club América sufrió un atentado en un bar de la Ciudad de México.

La Ley de Establecimientos Mercantiles que aprobó la Asamblea Legislativa del DF el año pasado estipuló que a más tardar a las 3 de la Mañana, todos los antros y bares deberían dejar de vender alcohol a los jóvenes y a quien estuviera dentro de ese comercio. En algunos casos, hasta deberían cerrar a esa hora de la madrugada. Sin embargo, a más de 1 año de que la Ley entrara en vigor, existen muchos lugares que hacen caso omiso de ella y que siguen distribuyendo y vendiendo alcohol más allá de las 3 de la mañana y que incluso, hasta cierran ya casi en los albores del amanecer.

Cuando esta Ley entró en vigor, los que "brincaron" primero fueron los jóvenes. Y la solución de ellos fue que, hasta las 2:30 de la madrugada estarían en antros y bares del DF pero después se la "seguirían" en estos lugares pero del vecino Estado de México (en municipios como Naucalpan, Tlalnepantla y Huixquilucan, que son los que concentran los antros más "in" para los chavos).

La Ley no causó gracia entre la juventud chilanga. Y el argumento de muchos jóvenes era que "¿quiénes eran los diputados para decirles qué hacer, en dónde y a qué hora hacer lo que quisieran?" Esas preguntas sonarían lógicas si realmente esos chavos "maduros" hicieran de su vida un papalote y si no vivieran en una ciudad donde más del 80 % de las muertes entre los jóevens son provocadas por accidentes automovilísticos ya sea por influjo del alcohol o por la "emoción" de sentir "la adrenalina", lo que desemboca en un exceso de velocidad fatal. Lo malo no es que los jóvenes se maten si ellos son los que se arriesgan a eso, sino que maten a personas que, como bien reza un comercial "mueren por causa del alcohol y ni siquiera lo probaron". Lo curioso es cómo se ponen los papás de los chavos que provocan un accidente automovilístico en el que resulta muerta otra persona, porque los padres suplican que no traten a sus hijos como asesinos, aún cuando hay una persona fallecida.

En cierto modo, la Ley de Establecimientos Mercantiles "protege" a los chavos pa' que no se embriaguen de más. Pero no protege la integridad de los jóvenes en su totalidad. Ahí tenemos 2 casos palpables (aunque se presentaron mucho antes de que se aprobara la ley): cuando murieron varios chavos en la discoteca Lobohombo al momento de incendiarse ésta en el 2000 y la otra más reciente, cuando fallecieron 9 jóvenes en el antro New's Divine en 2008 a causa de un fallido operativo. La cuestión está también en que la ley no ampara la seguridad de los lugares. Ahí está también el meollo del asunto de lo ocurrido con Salvador Cabañas, jugador del Club América.

En la mayoría de los antros (y yo creo que no es privativo del DF) la única "seguridad" que se ofrece es la de un cadenero que discrimina quién entra y quién no y un cuerpo de "guarros" que a lo único que se dedican es a sacar borrachos. En las entradas de muy pocos antros y bares hay detectores de metales y no hay casi ningún lugar en donde se retire a personas que pudieran llevar armas ya sean punzocortantes o de fuego. Así que lo que le ocurrió al futbolista no debe sorprendernos, puesto que, aunque son puntos de reunión codiciados entre los jóvenes, los antros y bares no ofrecen una seguridad plena a quien los visita.

Lo que sí nos debe preocupar no es tanto que existan delincuentes salidos de alguna pandilla o grupo criminal, sino que existan personas que intenten poner en riesgo nuestra vida y que no son ajenos a nosotros. Muchas veces es gente que nosotros mismos conocemos o que conoce alguien cercano a nuestro grupo de amistades. Y de todas maneras, hay que tomar algunas precauciones al momento de salir a algún lugar. No está de más decir que si tomas no manejes y que si alguien que va contigo y lleva coche no tome en exceso. Las consecuencias de una irresponsabilidad pueden ser fatales para ti o para otras personas que quizá sólo cruzaban donde te cruzaste o se cruzó alguien que iba contigo. Y con respecto a las amistades, hay que saber de verdad con quién nos juntamos. En estos tiempos, no podemos estar exentos de personas que quieran hacernos daño.

Ustedes, ¿qué opinan amables lectores? Agradeceré sus comentarios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Roy, buen texto. Te dejo un enlace a un artículo que quizás te interese.

http://eldefe.com/2010/01/26/detectores-de-metal-vida-nocturna/

Saludos.

Rodrigo Estrada dijo...

Hola "Anónimo". Me hubiera gustado que pusieras tu nombre para saber quién eres o cómo te llamas. En fin. Leí el enlace que me pones y sí es interesante. El problema aquí en el DF es que, como en todo, siempre "tapan el pozo cuando el niño ya se ahogó". Los antros sí son un riesgo para los chavos: si no adulteran las bebidas con drogas o sustancias extrañas, estos mismos jóvenes (y digo jóvenes aunque yo también entro en ese rubro pero no me laten los antros) sufren abuso en el sentido de que se pueden gastar más de $1000 únicamente por tomar 2 copas o bebidas o por darle su "propina" a los meseros. No digo que desaparezcan los antros, pero sí que se garantice la seguridad de quienes los hemos llegado a visitar.