POR FAVOR, LEER ESTO ANTES DE LAS ENTRADAS.

Este blog está abierto a cualquier comentario, opinión y demás que quieran expresar.
Sin embargo, ni blogspot.com, ni el autor de este blog serán responsables por deserción de carreras, mítines políticos, entre otras cosas más que pudieran desencadenarse por leer estas entradas.
Por su comprensión, gracias.

martes, 3 de julio de 2012

1° de Julio 2012: ¿Añoranza del pasado?

Bienvenidos a una nueva entrada en este blog, amables lectores. Ahora les platicaré acerca del proceso electoral que se presentó en México este domingo 1° de Julio y que deja una insatisfacción prácticamente generalizada, más que una celebración, como debiera ser.

El Domingo 1° de Julio de 2012 pintaba para ser un día lluvioso en la mayor parte de la República. Sin embargo, en varias entidades, hasta en el cielo se esmeraban por dejarnos votar en tranquilidad y nos regalaban un poco de rayos de sol. La gente se animaba a votar, algo que no se había visto ya en las últimas dos elecciones, ni mucho menos en la Presidencial de 2006, que fuera la más reñida de la historia contemporánea de México.

Familias enteras iban a sufragar. Los niños pedían que se les marcara su dedo pulgar con la tinta indeleble, mecanismo utilizado en las casillas electorales para indicar que alguien ya había ejercido su voto y que no podría regresar a hacerlo. Había entusiasmo, expectativa, pero ganas de participar por parte de la ciudadanía.

Todos eran conscientes de que en esta elección había tres opciones: la continuidad de los gobiernos panistas que han estado vigentes desde 2000, el retorno del PRI a tomar las riendas del poder, o darle la oportunidad a la izquierda mexicana.

A la par de la jornada electoral, por la tarde, se jugaba la final de la Eurocopa 2012, entre las selecciones española e italiana, un evento que le daba un toque especial al domingo, que desde temprano era testigo del desempeño de funcionarios de casilla y representantes de partido, que junto con observadores electorales y la ciudadanía en general, se iba presentando al pasar el día.

De pronto, en varios estados, la lluvia hizo su presencia. Chalchiutlicue y Tláloc quizá tuvieron un mal presentimiento, y por eso nos lanzaron esa advertencia. Sin embargo, ello no impidió que la gente siguiera votando, que continuara colaborando con México.

A las 6 de la tarde, tiempo del centro del país, se cerraron las casillas. Hasta las 8 de la noche iniciaría la difusión de los resultados preliminares de la elección presidencial, ello, en pos de esperar la clausura de la votación en estados que tienen otros husos horarios diferentes al resto de la República.

Iniciaba entonces, primero, la transmisión en diferentes medios, de algunas encuestas que marcaban las tendencias de los ganadores de la elección a Gobernador en Jalisco, Yucatán, Chiapas y el Distrito Federal, la capital del país, donde se eligió Jefe de Gobierno. En todos, el panorama apuntaba a que el PRI gobernará los próximos 6 años, por lo menos, en Jalisco, Yucatán y Chiapas, habiéndole quitado el dominio de la primera y la última entidad al PAN y al PRD, respectivamente. El PRD mantendría el DF.

Por tener un resultado cerrado, Guanajuato, Morelos y Tabasco aguardaron media hora más después de las 6 para dar a conocer sus números. Sin embargo, la tendencia era que el PAN sólo conservaría el primer estado, y el segundo se lo cedería al PRD. Tabasco lo perdería el PRI después de más de 80 años de haber gobernado ahí.

Llegaba ya el momento esperado: las ocho de la noche. Se empezaban a dar encuestas de salida que ponían a Enrique Peña Nieto, otrora Gobernador del Estado de México, como puntero de la elección con cerca de 43 % de preferencia, seguido de Andrés Manuel López Obrador con un 33 % y Josefina Vázquez Mota, del PAN, con apenas un 26 % aproximado. Gabriel Quadri quedaba prácticamente fuera de la jugada.

A partir de esa hora también comenzaba a funcionar el Programa de Resultados Electorales Preliminares, el famoso PREP, del Instituto Federal Electoral. Apeñas se llevaba un 0.1 % y ya le daba una ventaja a Peña Nieto del 51 %, contra un 32 % de Vázquez Mota y un 23 % de López Obrador. Conforme fue pasando la noche del 1° de Julio y la madrugada del 2, la brecha entre los candidatos se fue alargando hasta que, finalmente, Enrique Peña quedó con un 38.15 %, seguido de Andrés Manuel López Obrador con un 31.64 %  y Josefina Vázquez Mota, que obtuvo un 25.40 % de la votación. Ella fue la primera que aceptó su derrota. Continuó Gabriel Quadri, quien sorprendentemente obtuvo más de un millón de votos y quien exhortó a López Obrador a acatar los resultados. El abanderado del PRD dijo que esperaría los cómputos finales, con una voz un poco quebrada y una expresión de la cara muy seria, en una actitud de resignación, quizá.

Al saberse los resultados, la reacción de la gente no sólo en redes sociales, sino fuera, fue de desesperanza, de desolación, frustración y de apatía. No hubo júbilo como cuando ganó Vicente Fox en el 2000, no hubo sonrisas como cuando han ganado Gobernadores empáticos con la población en ciertos estados. No. Esta vez fue diferente. Sólo los priistas festejaron. Los demás, observaban los resultados con incredulidad. La alta participación de la jornada quedó opacada con los números que se presentaban. Quizá muchos, hasta se arrepintieron de haber votado por quien votaron o de no ir a votar.

El 2 de Julio, en los principales periódicos, la primera plana mostraba fotografías con un Enrique Peña Nieto sonriente, frente a los lectores pasajeros enojados, serios, sin querer aceptar la nueva realidad.

Se sabía desde hacía tiempo que Felipe Calderón podría cederle la estafeta al PRI por varias de sus acciones de gobierno que, a los ojos de la población, han sido errados. Tal vez algunos no lo creyeron y terminaban votando por Josefina Vázquez Mota o por Andrés Manuel López Obrador. Unos más, hasta por Gabriel Quadri, con tal de que no se cumpliera esa profecía. Hoy, la realidad es otra. Ganó Enrique Peña Nieto, regresará el PRI a Los Pinos, después de haber sacado sus cosas hace doce años.

En esta elección, el PAN, el partido gobernante perdió prácticamente todo. La lección está ahí. Para retomar la confianza, deberá trabajar conjuntamente, tal como lo hiciera el PRI o el PRD en algunas entidades. Tiene tres años para recuperar posiciones y seis para retomar la Presidencia. De no hacerlo, podrá ver poco a poco su debacle, hasta su desaparición en algunos bastiones que ha logrado conservar.

Ustedes, amables lectores, ¿qué opinan de esta jornada electoral? Agradeceré sus comentarios.