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domingo, 30 de mayo de 2010

En este Bicentenario, ¿sabemos si son o no...?

Bienvenidos a una entrada más de este blog, amables lectores. Les agradezco muchísimo a todas aquellas personas que pasan a leer alguna de las entradas de este espacio virtual de lectura y sobre todo también, a los que tienen oportunidad de dejarme comentarios. Créanme que los leo todos y nunca he censurado comentario alguno. Al contrario, creo que si existe mi blog y les pido que comenten es porque cualquier crítica es bienvenida, sea buena o mala. Por ello tampoco hay moderación de los comentarios, aquí en este blog cualquier persona sea o no parte de blogger puede dejar sus opiniones sin ningún problema, justamente porque sé que la diferencia de pensamientos entre todos los que estamos aquí en el blog (su servidor y ustedes) es la base de la libertad de expresión y yo creo muchísimo en ella.

Pero bueno, pasemos a la entrada de hoy, que será referente a una situación que pasó apenas hace unas horas (bueno en la mañana de este día Domingo 30 de Mayo de 2010) y que tiene qué ver con el Bicentenario. Me refiero a la genialísima idea del Presidente Felipe Calderón para exhumar y reubicar, por tiempo limitado, los restos de los próceres de la Independencia.

A diferencia de las idioteces con las que se han "vanagloriado" tanto el propio Calderón como los gobiernos estatales construyendo a diestra y siniestra obras inútiles con el nombre "Bicentenario", hace 100 años, el gobierno del General Porfirio Díaz, a quien le tocó el Centenario del Inicio de la Independencia, llegaba con su comitiva a inaugurar obras pomposas. Entre ellas, por ejemplo, el Manicomio de La Castañeda (actualmente inexistente y que estuvo en Mixcoac, en la Ciudad de México [su fachada aún se conserva en Amecameca]), la Penitenciaría del Distrito Federal de Lecumberri (hoy Archivo General de la Nación), el nuevo Palacio Legislativo (cuya cúpula solamente llegó hasta nuestros días y que hoy es el mísero Monumento a la Revolución. No se pudo terminar debido al estallido de la Revolución), el Palacio de las Bellas Artes (concluído hasta 1934 debido a que entre 1911 y 1934 se suspendieron sus obras por la Revolución), y, por supuesto, el Ángel de la Independencia (obra del Arq. Antonio Rivas Mercado). La columna de la Independencia serviría para recordar la gesta heroica de la Independencia de México y para ensalzar al cura Hidalgo, a Morelos, a Guerrero, y a otros más a quienes se les rinde memoria en este monumento.

Bajo el gobierno del Presidente Plutarco Elías Calles se determinó que los restos de los héroes se trasladaran de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México hasta la Columna de la Independencia (a excepción de los restos de Vicente Guerrero, quien estuvo sepultado en el Panteón de San Fernando, de esta Ciudad). Ahí, sin saber si quiera si eran los restos originales de los héroes, quedaron hasta este Domingo 30 de Mayo de 2010.

En una ceremonia militar, se exhumaron los restos de los caudillos para, en próximas fechas, ser analizados y determinar a quién pertenecen. Desgraciadamente, no sería la primera ni será la última vez en la que un gobierno pretende imponer que unos huesos son de personajes importantes de nuestra historia. Por ejemplo, tenemos el caso de la Maestra Eulalia Guzmán, quien, supuestamente dio con la tumba de Cuauhtémoc ¡500 años después de muerto éste! Por orden presidencial, se determinó que los huesos que había encontrado Guzmán eran del guerrero y tlatoani azteca sin siquiera saber a quién pertenecieron en realidad. Caso similar ocurrió en 1947 cuando, después de la visita a México de Harry S. Truman, Presidente de los Estados Unidos, a Miguel Alemán le "caló" que este mandatario dijera que no habían honrado a los que murieron heroicamente el 13 de Septiembre de 1847 durante la intervención estadounidense a nuestro país. Curiosamente, en esa fecha, pero de 1947, unos arqueólogos encontraron unos huesos a las faldas del Cerro de Chapultepec y pa' terminar con semejante coincidencia, resultó que eran restos de 6 personas... También por órdenes presidenciales, se determinó que esas osamentas pertenecían a los 6 Niños Héroes que la "Patria" hoy aún recuerda y de inmediato se les erigió un monumento en su honor.

Así que lo más probable es que nos salgan con que efectivamente los restos que reposaban en el Ángel de la Independencia sí sean los de nuestros caudillos... Yo nomás me imaginaría si en 100 años más de pura casualidad un 2 de julio se encuentran los restos de Vicente Fox o de Calderón tratando de conmemorar que ellos 2 fueron los "próceres" del cambio en México. Ustedes ¿qué opinan de todo esto, amables lectores? Agradeceré sus comentarios

sábado, 22 de mayo de 2010

"Justicia", palabra desconocida en México.

Bienvenidos a una nueva entrada en este blog, amables lectores. Ya estamos a unos cuantos días del Mundial de Sudáfrica 2010 y durante el próximo mes (a partir del 11 de Junio) empezaré a redactar entradas sobre este evento deportivo, tal como lo hiciera hace casi 2 años cuando se realizaron los Juegos Olímpicos de Beijing.

Pero mientras llega el Mundial, voy a tratar en esta entrada un tema que, aunque es deprimente que suceda en un país como México, existe. Y me refiero a la falta de justicia en muchísimos aspectos.

Ayer veía en muchos noticiarios (aunque ya lo había "previsto" en mi twitter mediante una de las personas que sigo) que el pendejo (porque no le puedo llamar de otra manera) procurador del Estado de México, Alberto Bazbaz diría que el caso de la niña Paulette Gebara Farah ya estaba cerrado. La conclusión: "la niña habría muerto de manera accidental".

Aunado al tema de Paulette, sigue vigente también el de la Guardería ABC, que se incendió el año pasado en Sonora y donde murieron 49 niños y que, se quiera aceptar o no, "benefició" la subida al poder del PAN en ese estado.

También en estos días, y tal como publiqué en la entrada anterior, se dio a conocer el secuestro (y no sabemos qué más pasó) del Lic. Diego Fernández de Cevallos.

¿Y por qué relaciono las 3 cosas? Porque las 3 tienen un factor en común: ineptitud e ineficacia de las autoridades y sobre todo, indiferencia y falta de justicia.

Casos se pueden mencionar varios. Ahí está por ejemplo, el caso del joven Fernando Martí, hijo del empresario Alejandro Martí, que fue secuestrado y asesinado hace 2 años y donde se han centrado más en que si el Gobierno Federal o el del Distrito Federal tienen o no la razón en las personas que han capturado que en el propio caso.

En México no podemos decir que hay justicia. Los políticos que tenemos son personas insensibles ante la población y, como lo hemos visto, hasta con ellos mismos. Aquí en la República, la justicia llega a quien más dinero tiene y no a quien tiene la razón en un juicio o en la exigencia de la resolución de los casos.

Desafortunadamente, como sociedad también tenemos mucha culpa en lo que sucede. Cuando a una persona le llega un juicio de lo que sea (familiar, civil, penal, etc.) se sorprenden y se dan de topes si lo van perdiendo. Y cuando lo pierden, prefieren alzar los hombros y seguir plenamente con su vida sin reclamar la disparidad con la que se pudo haber tomado partido hacia su rival en el juicio. Mientras nosotros como parte de la sociedad no seamos capaces de exigir justicia eficaz, pronta y "expedita" (como reza el Poder Judicial de la Federación), no podremos cambiar al corrupto sistema judicial que impera sobre nosotros y siempre saldremos perdiendo.

Ahora, hablando de que si hay un Estado de Derecho y que las autoridades son excelentes... la verdad, lo pondré muchísimo en duda. Porque si realmente las cosas estuvieran bien y las policías, los Ministerios Públicos y quienes se encargan del orden en el gobierno se avocaran a su trabajo, no habría problemas de linchamientos, asesinatos por "hacer justicia por propia mano" ni ese tipo de levantamientos sociales. La sociedad exige con esas acciones y aunque puedan ser consideradas como barbarie, lo único que demuestra es que el gobierno ha estado y seguirá estando rebasado por la misma sociedad.

Ustedes, ¿qué opinan amables lectores? Agradeceré sus comentarios.

martes, 18 de mayo de 2010

El "Jefe Diego": Crónica de un secuestro que no es secuestro.

Bienvenidos a una entrada más en este blog, amables lectores. Antes que nada, les agradezco todos los comentarios que me han dejado en las entradas que son de su interés y los invito también a que si quieren recibir entradas nuevas de mi blog, pongan su correo electrónico en el gadget que está a la derecha antes del archivo y les llegarán noticias a su mail. De verdad que ver que existe gente a la cual le gusta o le desagrada, que está o no de acuerdo con lo que escribo, es lo que me motiva a seguir redactando cosas que acontecen. Y aunque este blog tiene tendencia hacia la política, escribo de todo para que puedan comprender de manera más sencilla todo lo que sucede alrededor nuestro. Mil gracias por su preferencia. Y bueno, ya después de haberles hecho una introducción e invitación a que suscriban su correo a mi blog, comenzamos con la entrada.

El sábado pasado (15 de Mayo), por cierto Día del Maestro, estaba acostado en uno de los sillones de la sala de mi casa viendo el noticiario Hechos Sábado, conducido por Mariano Riva Palacio y Christian Lara. Todo iba normal, con las noticias de siempre (asesinatos, secuestros, el pase de México al mundial [bueno, la preparación y la angustia de un pueblo futbolero por ver si le ganábamos o no a Chile el domingo siguiente], etc., etc., etc.), cuando de pronto dieron el comunicado de que Diego Fernández de Cevallos, ex candidato presidencial del PAN en 1994 y ex Senador de la República, había "desaparecido".

De ahí ya no supe de la noticia sino hasta la noche, cuando se interrumpió la programación de TV Azteca en canal 13 y Javier Alatorre daría un comunicado de la PGR donde se "oficializaba" la "desaparición" del "Jefe Diego".

Ésta fue la nota durante todo el fin de semana. Y recuerdo ver un programa el domingo donde un periodista de investigación, tajante, decía que el Gobierno "le tenía miedo a pronunciar la palabra secuestro" en el caso de la desaparición de Fernández de Cevallos.

Más allá de que si lo secuestraron o no, si ya murió o no, si se suicidó o lo mataron o si aún continúa con vida, el hecho de que el político panista no aparezca en la escena pública es algo que, sin duda, tambalea la esfera política más importante del país. Y es que quizá si hubieran secuestrado a Andrés Manuel López Obrador, lo más probable es que una turba enardecida en todo el país (bueno, no en todo tal vez) hubiera reclamado justicia para San Peje, pero de ahí no pasaría. El caso de la desaparición repentina (y quizá hasta violenta por las huellas de sangre dentro de sus pertenencias) de Fernández de Cevallos toma importancia por el personaje que es. Miembro del Partido Acción Nacional, donde uno de sus "mentores" fue nada más y nada menos que el propio Manuel Gómez Morín (fundador del partido en 1939), fue ganando posiciones políticas importantes. Fue artífice, junto con Vicente Fox, de la oposición legislativa al fraude electoral de 1988, aunque a él también se le adjudique que el PAN llegó a ser PRI-AN debido a que, en cierta forma, "negoció" con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari para que Acción Nacional pudiera irse abriendo paso en el terreno político (hay que recordar que durante ese sexenio [1988-1994] el PAN había ganado la gubernatura de Baja California, pero el PRI no dejó que gobernara la oposición). Además, es allegado al Secretario de Gobernación, Fernando Francisco Gómez-Mont Urueta y a otros políticos de gran calibre.

Existen hasta este momento varias líneas de investigación que no descartan ni la posibilidad de un secuestro, un auto secuestro, atentado, asesinato, entre otras más. Lo que sí es cierto es que la ausencia de Fernández de Cevallos, de una u otra manera cimbra al panismo original y también a muchos sectores de la escena política mexicana.

En un programa de televisión que ví, mencionaban que quizá, si es un secuestro, haya sido de tipo político. Aquí surgen muchísimas preguntas. Por ejemplo, si alguien "levantó" al "Jefe Diego", ¿qué querría a cambio de su vida? ¿Dinero? ¿Poder? Eso, en el caso de que haya sido una persona común y corriente quien lo privó de la libertad. Y si fue, como escuchaba, un asunto político, ¿quién podría haber estado detrás de esto? ¿Qué beneficio obtendría eliminando de la vida pública y política a un personaje del peso de Fernández de Cevallos?

Al igual que en otros casos, lo más probable es que nunca se sepa a ciencia cierta qué sucedió. Y si Diego Fernández de Cevallos regresa vivo de esta experiencia, regresarán con él también, como se ha visto, la ineficiencia del Gobierno Federal para resolver asuntos de esta naturaleza y también, el sospechosismo que siempre invade a la población en general al tratar de evadir a los medios y no proporcionar información sobre el paradero o destino de muchos personajes de la escena política mexicana.

Ustedes, amables lectores, ¿qué opinan de esto? Agradeceré, como siempre, sus comentarios.

martes, 11 de mayo de 2010

¿Libertad o libertinaje de expresión?

Bienvenidos a una entrada más de este blog, amables lectores. Con ella, inauguro el mes de mayo de 2010, aunque ya estemos pasaditos 11 días del inicio de éste. En esta entrada, trataré un tema que también es controversial y que siempre da de qué hablar entre la sociedad en general y entre muchos de mis colegas "comunicólogos". Me refiero a la libertad de expresión, mismo derecho por el que se ha peleado en casi todo el mundo y que hoy en día prácticamente está siendo muy utilizado sobre todo en la Internet, aunque en la realidad, en algunos países está severamente castigada.

La semana pasada, revisando mi twitter y algunas páginas de periódicos en internet, llegué al portal de un periódico de circulación nacional aquí en México (lo refiero porque sé que hay algunos lectores míos de otros países y porque lo que diré a continuación es relacionado con programas locales) y me encontré con la noticia de que habían sacado del aire, más específicamente de la estación Los 40 Principales México, un programa llamado El Tlacuache y que los miembros del equipo de producción (incluyendo locutores y productor) dejaron de transmitir súbitamente. ¿La razón? Pues simple y llanamente a estos personajes se les hizo muy fácil relacionar una llamada de una radioescucha que preguntaba por el "niño envuelto" (guiso popular en México), con el caso de Paulette Gebara, haciendo alusión de cómo habían encontrado el cadáver de la niña en su cama. La escucha se molestó y colgó y, según relata el periódico (El Universal), al instante de que colgó esa persona, llamó otra pidiendo hablar con el locutor en privado. Al momento de terminar la llamada, el programa salió del aire.

Díganme lo que quieran, que pudo haber sido una llamada de la Secretaría de Gobernación, del propio Emilio Azcárraga (hay que hacer hincapié que Los 40 Principales aquí en México están operados por Televisa en una parte y por Grupo Prisa en otra, aunque pertenecen a la filial Televisa Radio) o de alguien más amenazando al equipo de producción. No lo sé a ciencia cierta. Lo único que sí sé es que últimamente tanto la televisión como la radio se han ido invadiendo de programas que están para tirarlos a la basura y que supuestamente responden a lo que "los jóvenes quieren".

No es por ofender, pero desgraciadamente la mayoría de los jóvenes aquí en México son bastante incultos y muy "valemadres" (como diríamos vulgarmente aquí en el país). Basta checar una entrada que realicé el año pasado sobre el programa de "Hazme Reír" y "El Gran Desafío", donde los primeros comentarios que recibí fueron si el conductor era argentino o chileno y cuestiones inverosímiles. Afortunadamente, los últimos comentarios que recibí en esa entrada estaban bien fundamentados y razonados. Justamente ese tipo de programas son los que, de una u otra manera, "educan" a los chavos mexicanos.

Otra cosa a recalcar es que hoy en día el humor (si es que así se le puede llamar) que se presenta en la Radio o la Televisión es bastante discriminatorio y ofensivo. Basta recordar el caso de un diputado por Chiapas que tenía su programa de radio y se le hizo muy chistoso decir que los "haitianos no podrían tener una credencial de elector porque no distinguirían su huella de su foto por ser negros", cosa que le valió la salida del aire y la exigencia de una disculpa pública en la Cámara de Diputados, no sin antes decir que los mexicanos "así somos, así son nuestras bromas".

El caso de la libertad de expresión es bastante complejo, porque mientras gente sin cerebro defiende la porquería de programas que se exponen en los medios, otros lo rechazan y por lo regular existe una disputa muy generalizada que casi siempre no llega a ningún lado. Pero definamos qué es la libertad. La libertad la entendemos como un derecho que tenemos todos los humanos para hacer lo que nos guste, PERO sin afectar a terceros y asumiendo responsabilidades. Por el contrario, el libertinaje es lo mismo que la libertad, sólo que se diferencia de ella porque quien es libertino no asume responsabilidades y por lo regular sí afecta a los demás.

Por tanto, yo les pregunto, amables lectores, ¿qué es lo que realmente tenemos en los medios de comunicación: libertad o libertinaje? El caso de estos tipos de Los 40, ¿cómo lo consideran? ¿Censura? ¿Fue buena la sanción? Agradeceré sus comentarios.