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martes, 9 de junio de 2015

Entre "morenos" e independientes: la nueva política mexicana.

Bienvenidos a una nueva entrada en este blog, amables lectores. Hoy les comentaré acerca de las elecciones recientes en México, acontecidas apenas el domingo 7 de Junio de este 2015, y de cómo pintaría el panorama político para el último tercio del sexenio de Enrique Peña Nieto.

Si bien las elecciones intermedias (llamadas así porque se realizan a la mitad de cada sexenio presidencial) nunca llaman la atención, particularmente estas de 2015, fueron lo contrario. Hay que recordar que, aunque el PAN perdió en 2012, el resultado final, donde se declaró ganador a Enrique Peña Nieto, no satisfizo a una buena parte de la población. Y ni qué decir de sus casi primeros tres años de gobierno, donde la situación nacional ha ido en picada, y ninguna de las rimbombantes reformas anunciadas por el priista han sido favorecedoras para el pueblo en general.

Las elecciones de 2015 tomaban importancia por varias razones: no sólo se eligieron a los nuevos diputados, sino que nueve estados renovarían Gobernadores; de ellos, dos eran el foco de atención en particular: Guerrero y Michoacán, donde imperó la ingobernabilidad y el debilitamiento de los gobiernos locales, sumado a casos que dieron la vuelta a nivel internacional y que dejaron con muy mal aspecto las administraciones no sólo de Ángel Aguirre y Fausto Vallejo (ex mandatarios de Guerrero y Michoacán, respectivamente), sino la del mismo Peña Nieto (casos Ayotzinapa, autodefensas, entre otros más).

Así pues, en un ambiente de tensa calma, se realizaron los comicios electorales en todo el país. Como era de esperarse, y aún con un clima político, social y económico bastante adverso al país, el PRI y sus aliados (el Partido Verde, principalmente), volverían a ganar en el ámbito legislativo. En las gobernaciones, el tricolor se llevaría Sonora (que tiene actualmente el PAN, después de que triunfara en 2009 a raíz de la tragedia de la guardería ABC), Campeche, Guerrero, y en un margen cerradísimo con el PAN, también ganaría Colima y San Luis Potosí. El PAN, por su parte, volverá a gobernar Querétaro (después del sexenio priista de José Calzada Rovirosa), y Baja California Sur. Michoacán se lo llevaría el PRD. Pero la elección que causó revuelo fue la de Nuevo León, donde un ex priista, Jaime Rodríguez Calderón, ahora bajo la bandera de ser candidato independiente, arrasó con las votaciones, dejando divididos los sufragios entre el PRI (partido gobernante en la entidad) y el PAN, cuyos personajes postulados quedaron en segundo y tercer lugar, respectivamente.

No es la primera ocasión que un independiente gana una elección. En los años 50, el doctor Salvador Nava, ganaría la alcaldía de San Luis Potosí, bajo un régimen completamente autoritario en el estado y a nivel federal. Sin embargo, el triunfo de Rodríguez Calderón (apodado El Bronco), cobra especial relevancia debido a que será el primer gobernador en la historia de México que no tendrá partido alguno (hasta el momento).

Pero la del Bronco no fue la única elección que se dio con candidatos independientes. Manuel Clouthier hijo, otrora militante panista (como su padre), contendió por un distrito para diputado en Culiacán, mismo que ganó. Otros casos de independientes que triunfaron en las elecciones de 2015 fueron Pedro Kumamoto (por el Distrito 10 de Jalisco), Alfonso Martínez Alcázar  (por la alcaldía de Morelia, Michoacán), y César Valdés (por la alcaldía de García, Nuevo León).

Por otro lado, en el caso de las "izquierdas", llamó la atención el partido Movimiento Regeneración Nacional (mejor conocido como Morena), de Andrés Manuel López Obrador. Y es que, apenas siendo las primeras elecciones donde se presenta este nuevo instituto político, sumó un porcentaje cercano al 9 %, con lo que quedó apenas unas décimas atrás del PRD, mismo que perdió prácticamente todos los bastiones donde se presumía poderoso, incluyendo el Distrito Federal.

En la capital, Morena le quitó al PRD el dominio sobre las Delegaciones Azcapotzalco, Cuauhtémoc, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco, y en la Asamblea Legislativa, obtuvo 16 de 40 distritos locales, empatando con el partido del sol azteca. Al descalabro del PRD en la Ciudad de México, se le sumó la pérdida de la Delegación La Magdalena Contreras (gobernada por este partido durante 15 años), y Milpa Alta por parte del PRI, y el retorno del PAN a la administración de la Delegación Miguel Hidalgo.

Los números de Morena en el DF, prácticamente fueron apabullantes. A nivel nacional, el hecho de que haya alcanzado casi el 9 % de la votación total en la elección, es un indicador de que la figura de Andrés Manuel López Obrador tal vez no esté del todo muerta para los comicios de 2018. Sin embargo, en la capital, específicamente, Morena tuvo como candidatos a antiguos perredistas que tal vez no tendrían oportunidad en el partido amarillo de alcanzar alguna postulación. Quizá ese sea un punto débil sobre el cual tendría que trabajar el nuevo instituto político.

Sin duda alguna, aunque el PRI prácticamente tendrá mayoría en el Congreso, estas elecciones dejaron un mensaje muy claro: el hartazgo de la gente a sólo 2 años y meses de haber iniciado la administración peñanietista y primera tricolor en el siglo XXI. Pero es muy temprano para determinar si Morena o los independientes podrían jugar un papel relevante para la jornada electoral de 2018. En el primer caso, aunque en el Distrito Federal y algunos municipios del país Morena alcanzó buenos niveles, el hecho de que las gobernaciones que se pusieron en juego las hayan disputado el PRI, PAN y PRD, hacen pensar que todavía faltaría mucho camino por recorrer en ese partido político, si es que no existen fracturas antes, como le ha sucedido a prácticamente todos los anteriores. En el caso de los candidatos independientes, la situación es sui géneris, debido a que Nuevo León ha sido un estado que ha puesto el ejemplo elección tras elección, y que, aunque tendrán un gobernador que no milite en partido alguno, no ha sido posible que en otras entidades cuaje o se consolide la idea de votar por un independiente para las próximas elecciones, sobre todo cuando éstos, en los sufragios que se dieron este 2015, apenas alcanzaron un 0.25 % de la votación nacional.

O ustedes, ¿qué opinan? Agradeceré sus comentarios.

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